Hace unas semanas Guache y El Marian terminaron un mural nuevo en El Quetzal, Palermo. Los artistas hablaron con BA Street Art de la obra.
Hace unas semanas, El Marian y Guache terminaron un mural que se llama “Somos el color de la tierra,” palabras del antes llamado Subcomandante Marcos del movimiento de resistencia Zapatista de México. Esa temática es algo que ambos artistas abordan en su obra: la fuerza y dignidad del pueblo latinoamericano en su lucha contra la opresión y desigualdad. Esto lo plantea Guache a través de una imaginaria que representa los pueblos originarios de Latinoamérica y su conexión a la naturaleza; El Marian se acerca desde la protesta urbana, con retratos de manifestantes, piqueteros y zapatistas.
“Somos el color de la tierra”
Los dos fueron invitados a pintar en el centro cultural en Palermo, dónde cada año realizan un mural nuevo, renovando el espacio y apoyando a artistas distintos, muchas veces internacionales, así que en las paredes de El Quetzal hay muchas capas y muchas historias de colaboración artística, algo que es tan abundante en (y tan particular de) la escena de arte urbano acá en Buenos Aires.
Colaboración con El Marian y Gualicho (2014)
Colaboración es tradición en Buenos Aires, donde diversos estilos y temáticas dialogan en los muros de la ciudad. El Marian, que ha pintado más de 20 murales en las paredes de Buenos Aires en los últimos años (incluyendo esta paredón en Villa Urquiza con Gualicho), trabaja mucho con otros artistas. “Siempre me gusta pintar con alguien; está bueno mezclar todo,” dice Marian. Para la colaboración en El Quetzal, los dos artistas se juntaron un día antes de pintar para hablar del diseño. Sigue El Marian: “Cada uno trajo imágenes pero más o menos sabíamos a qué iba, y todavía no lo tenemos muy en claro así que… va saliendo en estos días!”
El Marian
Guache suele trabajar más solo que con otros artistas, pero esta colaboración es particularmente significativo para él. “Siento que tiene que ver con la temática y la combinación de técnicas,” dice. Y la fusión de los dos estilos es notable, Guache con sus colores vívidos, animales y formas abstractas y geométricas; El Marian con sus tonos apagados, pinceladas cargadas y figuras humanas. Y sobre todo, dice Guache, “hay un tema central que tiene que ver con la resistencia y la identidad.”
Resistencia e identidad
Explica Guache: “‘Somos el color de la tierra’ se refiere precisamente a esa dimensión holística y amplia de la resistencia, que no solamente refiere a un asunto de resistencia de choque, resistencia militar, sino es todo una construcción de uno, de estar en contra de un sistema, pero no es por estar en contra sino que hay una propuesta en construcción, de otra nueva cultura basada en la solidaridad, basada en la igualdad, basada en una relación equitativa…”
El Marian pinta la mujer que trabaja en la verdulería a la vuelta
El Marian empezó a ver arte en la calle cuando era chico, pero no empezó a pintar paredes hasta hace cuatro años. Pintaba y dibujaba siempre, y de hecho, cuenta, “me echaron de un laburo por pintar en el laburo, y de ahí me dije, ya fue, me voy a pintar en la calle. Conocí a Emy Mariani, a Lean Frizzera, y bueno con ellos empecé a salir un montón. Pinto en la calle porque es lo que está para todos. “
Prendido fuego – por El Marian en Palermo (2014)
A El Marian no le gusta hablar de lo que hace. Lo resume así: “Lo que me sale bien es pintar, y eso es mi forma de mostrar lo que pienso.” Y qué pinta? “Yo siempre pinto o niños o perros o policía prendido fuego.” Una temática importante para El Marian es la resistencia, y pinta muchos niños en situación de resistencia urbana, caras tapadas con pañuelos, o tirando cócteles molotov.
Zapatistas jóvenes, por El Marian en Colegiales (2014)
Dice El Marian: “Me gustan las imágenes así, que se represente la resistencia, y que no solamente sean chabones haciendo bardos, sino que hay otras cosas, familia y niños…” Es importante para él poner en contexto quién lucha, y mostrar que no es cualquiera, que los manifestantes no son delincuentes, sino que muchas veces son jóvenes luchando para un futuro mejor. Así que el trabajo que hace El Marian es deconstruir etiquetas sobre la gente que participa en la resistencia urbana, de humanizarla y mostrar que esa gente quiere un mundo mejor.
Una vecina de El Quetzal pintada por El Marian
Guache y su trabajo en comunidades
El arte de Guache tiene mucha influencia de la cultura indígena y también trabaja con imágenes relacionadas con la resistencia, familias, mujeres y niños. “El mío tiene que ver mucho con una mezcla entre el muralismo clásico de Latinoamérica, político, y con unas expresiones que he recogido más desde el graffiti y el street art,” explica Guache.
“Y por otro lado me gusta pintar un poco más abstracto, y es una abstracción que viene un poco de la imaginaria astral indígena de Latinoamérica. Tiene mucho simbolismo de comunidades originarias amazónicas, entonces todo lo geométrico tiene que ver con la medicina tradicional, con las plantas sagradas, como la ayahuasca, tiene que ver con los tejidos y con la cultura y los colores vívidos de los tejidos, y el asunto más místico, tradicional, y por otro lado por la estera y los colores piel, tierra.”
Familia zapatista
Este compromiso con los derechos humanos y con la gente de Latinoamérica influyó su decisión de viajar por el continente, de Colombia a Perú, Ecuador y México pintando y también haciendo proyectos con comunidades, un tema que le interesa mucho. Dice Guache: “Son proyectos de muralismo colectivo que tienen que ver con el tema de la memoria. El muralismo colectivo es un proceso en el que la pieza que se pinta no es el objetivo, el objetivo no es crear una pieza estética muy linda con un estilo de muralista, sino que es más importante el proceso que se hace en la comunidad en la que la gente se empodera de un espacio público y lo reconfigura y lo reconstruye simbólicamente con los hitos y las historias locales.”
Grabado por Guache (2015)
Guache enfatiza que el muralismo es algo socialmente transformador: “Transforma simbólicamente los espacios, y sobre todo en mi contexto, es clave poder humanizar y sensibilizar a las personas que están en estos contextos tan violentos. Entonces lo que yo hago es intentar sensibilizar para transformar… cosas mínimas! Yo no espero que la gente vea un mural y que digamos, ‘ya, la revolución!’ sino que sea un asunto más sutil.” Así el arte forma parte de su contexto mientras responde a ese mismo contexto.
Animales por Guache
Guache y El Marian ven su trabajo como una forma de volver a conectar con lo real, lo natural, y lo humano dentro de ese paisaje urbano. Dice Guache: “Nuestros temas pueden ser medio anacrónicos, o sea, estamos usando colores tierra, pintando zapatistas, maíces, geometrías, sol, cosas tan básicas que casi se nos escapan de lo que es la contemporaneidad de una ciudad. Estamos desconectados de lo real de la tierra y del sol que se vuelven unos temas traídos de afuera cuando es lo más básico.”
Sigue: “Yo creo que el arte, independiente de lo que sea su forma, sea música, teatro, literatura, etcétera, tiene que ser un asunto que proponga… Es necesario que el arte diga cosas, que tenga metáfora, que tenga un símbolo.”
Mural en Coghlan por Guache y MPC
Pintar en Colombia y la movida en Bogotá
“Es tremendo pintar en Buenos Aires,” dice Guache. Acá hay mucha libertad y el street art está muy bien recibido por la gente desde hace unos años. Ahora Bogotá también tiene una escena grande de arte urbano pero ha sido un proceso un poco más gradual desde un comienzo más marginado. “Si ahora es mucho más fácil pintar en Bogotá y en Colombia, es porque hubo un proceso,” cuenta. “Hace diez años era muy ilegal, era penalizado, muy perseguido, mucho más clandestino.” El cambio iba a través de la historia política de Colombia, y era “una política muy violenta y radical. Violencia, desigualdad, y bueno, eso se refleja un poco en la forma en la que nosotros aprendimos a pintar en la calle.”
Guache pinta con extensor
Estos cambios también tenían que ver con eventos específicos, como la muerte de Diego Felipe Becerra en 2011 a manos de un policía por pintar una pared en la capital de Colombia. Cuenta Guache: “Hace unos 5 años mataron a un chico que estaba haciendo graffiti en Bogotá, y eso generó toda una ola de manifestaciones que de una u otra manera ayudaron a visibilizar el movimiento por un lado, y por otro lado también había unas administraciones públicas de Bogotá que han sido de izquierda y han hecho que se abra un poco los espacios para visibilizar el arte urbano como una práctica ciudadana.”
Guache pinta
Las primeras influencias de Guache vinieron del graffiti moderno y pintando ilegalmente en lugares públicos. “Ha sido un recorrido, porque hace años que empecé haciendo graffiti.” Cuando empezó, “Sobre todo pintaba en la calle con graffiteros, pero pintando mis cosas, entonces haciendo ‘bombing’, pero no pintando letras sino pintando caracteres, pintando personajes, pintando frases…” También tiene una formación artística académica y trabajó como profesor de diseño, y ahora pinta usando técnicas variadas (pinceles, rodillos, extensores y aerosoles).
Guache: “En Colombia, el graffiti es una manifestación de la vida urbana.”
El graffiti y la pintada ilegal
El graffiti, dice Guache, “es una manifestación de la vida urbana. Estamos apiñados en una molde de una ciudad como esta o como Bogotá, o como Lima o México [DF], en donde nadie se conoce con nadie, en donde hay unas desigualdades tremendas y la gente trabaja mil horas.” Ahora, dice, hay una discusión estética sobre si las letras pintadas del graffiti tienen un valor artístico. “Cuando hago proyectos con el estado, alcaldías, municipalidades… me dicen que ‘lo que ustedes hacen sí es lindo, sí es legítimo porque es muralismo, pero lo que hacen estos chicos es rayar, es transgredir, no es legítimo y es feo.’ Para mí no es así…porque pintar ilegal es lo real. El graffiti ni siquiera le importa ser arte, no le importa nada, le chupa un huevo como dicen ustedes. Y esa es la transgresión máxima.”
Sigue: “Es un asunto, como si fuera un existencialismo contemporáneo. El ‘yo estoy acá.’ Entonces, yo respeto mucho el graffiti, me gusta más por encima de la estética. No le puedo poner a un estético si es bueno o malo, lindo o feo, porque el graffiti es graffiti. Es el acto de transgredir y de dejar tu marca.”
Proyecto en El Quetzal (Guatemala 4516, Palermo) pintado por Guache y El Marian y organizado por Mariano Viceconte. Entrevista por Sofia LeBlanc. Fotos © BA Street Art
