Verdadero genio – entrevista a Martín Ron

Martín Ron ha pintado una serie de murales extraordinarios en el partido de Tres de Febrero, provincia de Buenos Aires. Su arte se destaca por su originalidad, imaginación y profesionalismo, y por conjugar cualidades mágicas y realistas. O como lo explica el artista, posiblemente mejor, en sus propios términos, su obra posee “realismo con un toque de fantasía”.

Martín Ron y el mural de Carlos Tévez en Fuerte Apache, que el artista pintó con Lean Frizzera y Emy Mariani

Buenos Aires Street Art conversó recientemente con Martín acerca de su gigantesco mural de Carlos Tévez en Fuerte Apache, y también tuvimos la oportunidad de conocer más sobre la inspiración y las ideas que hay detrás de algunas de sus maravillosas creaciones.  “Empecé a pintar desde que era chico”, recuerda Martín. “Me encantaba pintar y mi mama me mandó a un taller cuando tenía 7 años. A los 10 estaba pintando óleo y así pinté hasta los 18 en un taller y otro. Academicamente siempre fue una búsqueda personal y autodidacta la pintura. Me enganché de verdad con la pintura y pintaba en las casas de mis amigos. El primer mural que hice fue una calavera en mi pieza, a los 14 años. Se coparon mís amigos y me quieran pintar uno en sus cuartos”.

Mural con motivo del bicentenario de la Argentina pintado con María Arcuri y Nieves Fraga

Mientras todavía estaba estudiando, a Martín le dieron autorización para pintar murales en las paredes del establecimiento. Luego, comenzó a dar clases de pintura y a participar en programas públicos de arte organizados por la municipalidad. “Lo que pasaba con los murales es que eran un escape para mí y por eso andaba siempre pintando en vez de estudiar”, revela Martín. “Salíamos con amigos y pintura y sacábamos fotos de nuestras obras. Era genial y la gente me decía ‘Quiero que me pintes esto‘ y me pagaban por hacerlo”.

Mural en el Club Atlético Estudiantes en Caseros

Por increíble que parezca, Martín ha pintado más de 60 murales en Tres de Febrero como parte de un proyecto que abarca todo el municipio, denominado “Programa de Embellecimiento Urbano”.  La municipalidad aporta los fondos para el proyecto y cubre el costo de las pinturas y materiales con el objetivo de mejorar el ambiente de la ciudad a través del arte urbano. “Es un espacio de verdadera expresión del artista y nos dan la libertad de hacer lo que queramos”, dice Martín. “El artista no tiene que gastar dinero en materiales, la municipalidad está contenta porque mejora el barrio, y los habitantes están contentos porque tienen un mural nuevo en la puerta de sus casas”.

Ron pinta a Perón – Bebé en Caseros (enero de 2011)

Uno de los murales más cautivantes de Martín es el que muestra a un bebé con una mirada penetrante que está haciendo el signo de la “V”. Está ubicado cerca de la estación Caseros, en el bastión del distrito peronista de Tres de Febrero, y fue pintado durante la campaña electoral a principios de 2011. Martín revela que el mural tiene un doble mensaje.  “Políticamente (en Argentina) la “V” simboliza a (Juan Domingo) Perón y representa al partido Peronista, mientras que, internacionalmente es un símbolo de la paz”, explica. “Es un bebé real. La historia del mural tambíen que ver con el lugar. Trato de estudiar un lugar y el muro antes de pintarlo. Es un muro con rayones y cubierto de afiches políticos.  Traté de encontrar algo especial y un poco extraño al mismo tiempo. La imagen tenía que ser algo contundente con una mirada y una dicta rapida porque viene el tren y los ves rapido”.

Trompe-l’oeil – Martín Ron frente a un mural que pintó con Nieves Fraga

Otro estilo que Marín explora en su arte es el uso de la técnica del trompe-l’oeil, que emplea imágenes sumamente realistas para crear la ilusión óptica de que uno o varios objetos existen en tres dimensiones, Se trata de un método muy utilizado por el surrealista norteamericano Eric Grohe y también por artistas callejeros que trabajan en 3-D, como Edgar Mueller y Kurt Wenner. Martín explica: “Me gusta jugar con la cuestión del surrealismo por la sensación que genera en los espacios públicos.”

Ilusiones ópticas (septiembre de 2010)

Uno de los murales más imaginativo y deslumbrante desde el punto de vista visual está ubicado en una muy transitada esquina de Caseros y muestra a un hombre atrapado dentro de un cubo flotante transparente. Al mismo tiempo, la perspectiva del mural es tan realista que da la impresión de que una mujer verdadera (Érica, la novia de Martín en la vida real) está ingresando en la composición desde la calle para agarrar una de las cajas de cartón. “No hay un mensaje explícito ni oculto que te lleve por este lado,” explica Martín. “Trato de buscar situaciones ambiguas o situaciónes que son paradójicas entonces vos podes poner tu interpretación como quiera lo que está pasando. No sabés si está poniendo la caja en la imagen o la está sacando. Y el tipo está encerrado pero también esta en un traje y tiene que ver con el sistema. Puede ser que el vaso está medio lleno o medio vacío, depende de tu mente y podés poner un mensaje optimista o pesimista. La proyección es como una metáfora, podés interpretarla como quieras. Es jugar con la realidad con un toque de fantasía”.

Boxing clever: Usando los recursos más allá de lo convencional – “Es una ventana al un mundo mágico, pero puede ser la verdad.”

Martín se explayó sobre la relación que hay en su arte urbano entre realismo y surrealismo y la manera en que estos se fusionan. “El surrealismo está en la composición en sí, pero la técnica (de pintura) es bien realista”, dice. “Me gustan las cosas como son surrealistas posiblemente son posibles. Por eso, todo está hecho a escala y realemente no es una fantasía, vos creás el mundo en la pared y contemplás este mundo surreal como si fuera una obra de arte de un gran tamaño. Trato de generar situaciones dentro de las que podría trascender. Es como una ventana al mundo mágico, pero podría ser real”.

Embellecimiento Urbano – mural con Nieves Fraga (enero de 2011)

Luego agregó: “Siempre trabajo con un concepto y trato de plasmar ese concepto en cada mural, con este (el de las cajas) y con el del león (arriba)”, explica Martín. “Con frecuencia, cuando estás pintando un mural, es aburrido tener todo planificado, pero cuando inventás cosas espontáneamente, esa es la parte más divertida. Una única cosa nunca atrapa tanto mi atención como para repetirla una y otra vez. Me gusta observar cada muro y pensar qué puedo hacer con él, ya sea un bebé gigante o un caracol tirando de un carro. Me gusta experimentar con cosas diferentes”.

Magia animal – El Mago en el Trompezón, con Martín Worich (marzo de 2012)

“El Mago” es un mural increíble, en el que un hombre con el torso desnudo está al mando de lo que parece ser una mano mecánica que abre un cierre relámpago y permite que escapen de la pared docenas de conejos.  “Todos me preguntan qué significan los conejos”, dice Martín. “Al principio, la idea era hacer un samurái cortando la pared y que salieran de ahí diferentes cosas; elegimos el conejo porque es una imagen popular. Como seres humanos, estamos acostumbrados a una rutina, al gris de la ciudad y a quedar atascados en el tránsito cuando vamos a trabajar. La idea con estos conceptos es sacar a la gente de su vida cotidiana y, cuando ves algo diferente con un toque de fantasía, te hace preguntarte: “¿Qué está pasando?”

Yendo rápido a ningún lugar – Il Carromato Super Star (junio de 2012)

Con Martín Worich, Martín pintó un mural deslumbrante  titulado ‘Il Carromato Super Star’ junto a la Avenida General Paz. Muestra a un hermoso caracol gigante tirando de un viejo carro desvencijado y a Rodolfo, el tío de Martín, conduciendo el carro. “Carromato” es una palabra italiana que se emplea para describir un carricoche o auto destartalado que se descompone a cada rato.  “¡El pobre tipo no va a ninguna parte, pero al menos tiene un caracol gigante que lo remolca!”, bromea Martín. “Es una cosa ilógica. Como en muchos otros murales, trato de buscar situaciones ambiguas, paradójicas, para que la gente las interprete como quiera”.

Vecinos – Martín Ron y Martín Worich luego de terminar su nuevo mural en Tres de Febrero

Si bien Martín también ha experimentado recientemente con diferentes estilos y técnicas sobre lienzo, lo que le más le sigue gustando es pintar en la calle. “A diferencia de lo que pasa cuando pintás en tu casa o en tu taller, solo, pintar un mural te expone al público y la gente puede ver el proceso paso a paso”, explica. “Y cuando se trata de un proyecto que te lleva varios días de pintar al aire libre, estás interactuando con la gente todo el tiempo y, a la vez,  transformando la arquitectura y el lugar”.

Manos humanas – Pintura de Martín Ron en Palermo

Hace ocho años que Martín también viene dando clases de pintura a jóvenes y cree que la popularidad del arte callejero está animando a más chicos a entrar en el mundo del arte. “En los últimos dos años, los murales son el motivo principal por el que los chicos vienen a las clases”, dice con entusiasmo. “Siempre dicen que vieron mis murales y quieren aprender a pintar. Hoy los chicos son máquinas de consumo, están entrenados por los medios para comparar cosas hechas, y lo que también trato de enseñarles en los talleres es que ellos tienen la capacidad de crear cosas. El mundo de las galerías de arte puede intimidar a mucha gente, pero cuando los chicos ven a alguien pintando en la calle, piensan que eso es algo que ellos mismos podrían hacer, y están viendo una obra creada por la mano del hombre, algo que es cada vez más escaso en la sociedad moderna”.

Mural en la plaza Verdad, Memoria y Justicia, Tecnópolis (noviembre de 2011)

“Cuando terminás la obra y la firmás, ya no es más tuya,” dice Martín. “Hiciste todo lo que podías, pero ya no te pertenece. Te va a importar el mural, pero ahora les pertenece a todos, ya sea un vecino, alguien que saca una foto, o alguien que se sintió estimulado por el mural o ha estado observando lo que pasaba. Pintar en la calle tiene todos esos elementos y es increíble, sin mencionar las cosas agradables que la gente te dice mientras trabajás, la motivación que genera, y el que te reconozcan por lo que hacés”.

“Me gusta hacer retratos” – Isabel Sarli por Martín Ron y Lean Frizzera (marzo de 2012)

Martín, junto con los artistas de su talla Lean Frizzera y Emy Mariani han pintado a una cantidad de argentinos famosos.  Aparte de Tévez, pintó retratos de la actriz Isabel Sarli, afectuosamente apodada “La Coca”, el escritor Ernesto Sábato, el cantante cuartetero La Mona Jiménez y, la semana pasada, terminaron un retrato de Diego Maradora y la “Mano de Dios”. “Maradona es el quinto de los ‛ídolos popularesʼ, cuenta Martín.  “Me encanta trabajar con retratos. El proyecto tomó su propia forma y no era un plan que teníamos el de pintar ídolos populares. Comenzó con Tévez y tuvimos una reacción sorprendente. Entonces se nos ocurrió pintar a ‘La Coca’. Es una mujer que tiene la forma perfecta para que la pintemos nosotros, yo con mi amor por el retrato y Lean con sus mujeres sexy. Sábato era un habitante de Tres de Febrero y (con Nieves Fraga) nos invitaron a pintar un mural para conmemorar el que hubiera sido su centésimo cumpleaños. Nos llevamos realmente bien con algunos tipos que son amigos de La Mona Jiménez y, entonces, me pidieron que pintara su retrato.”

 Una manito – Reciente mural de Maradona pintado por Martín Ron con Emy Mariani y Lean Frizzera (julio de 2012)

Martín continúa: “El mural de Maradona es más iconográfico y no tan realista. De un lado está Maradona y, del otro, la pelota, y él la está empujando dentro del arco con la mano; el puente es el travesaño. Lo que más me interesa es el impacto que tiene en la gente que lo ve”. El nuevo mural de Maradona en Palermo es un trabajo que crearon luego de que las obras que habían pintado allí originalmente, incluyendo un increíble luchador de sumo de Martín, fueran tapadas por propaganda política hace unas pocas semanas.

Luchador de sumo en el Meeting of Styles (noviembre de 2011) y posters en la ciudad.

Martín también considera que la pintura de murales públicos es un desafío creciente en un mundo cada vez más saturado visualmente por los carteles publicitarios, afiches y propaganda. “Un mural está en la calle para estimular a la persona que lo ve”, señala. “Un mural no te está diciendo lo que tenés que decir o hacer. La publicidad es imperativa, te dice lo qué tenés que comprar o hacer. De alguna manera, siempre (cuando pintás un mural) estás compitiendo con toda la contaminación visual que nos rodea”.

Viejo – Ekeko (dios andino de la abundancia) en Parque Patricios

Puede parecer raro, pero en la ciudad de Buenos Aires, hasta ahora, Martín (32) solo ha pintado una media docena de murales, aunque cada vez son más y más los que perciben su talento. “En Tres de Febrero mucha gente conoce mi nombre porque seguro que hay uno de mis murales cerca de donde viven, pero en la Capital Federal, la gente no me conoce tanto”, dice. “Algunos piensan que soy un viejo (risas), porque me identifican con un mural determinado y cuando me conocen, dicen: ¡Creía que eras más viejo!”

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Fotos © Buenos Aires Street Art